Fanfic Hetalia Spanish Only

- ¡¡¿Qué has hecho gilipollas?!! - escuchaba la voz de su hermano, como cuando te sientas en la orilla del mar y escuchas las olas… un simple murmullo de fondo que no conseguía apartarme de mis pensamientos.

¿Cómo podía haber ocurrido?.. Pasó todo tan rápido… hacía casi cinco segundos que estaba a mi lado diciéndome que me perdonaba y suplicándome que volviera… y ahora estaba ahí, estirado en el suelo… haciendo todos los esfuerzos posibles para conseguir respirar.

Le cogí lentamente la cabeza y la apoyé en mi pecho, en ese momento el abrió los ojos y me miró fijamente, al verme vi como se le curvaban levemente los labios intentando crear una sonrisa.

- Me alegro de que no te hayas ido…- le costaba hablar, se notaba que tenia que hacer esfuerzos sobrehumanos para conseguir decir una frase entera.

- No, por favor no habl..

- ¿Sabes? - continuó sin dejarme acabar la frase - yo… sabía desde un principio… que no me querías… pero… yo…- hizo una breve pausa.- te perdono… te perdono por todo lo que me has hecho Arthur… porque aun así te sigo queriendo mas que a nada en el mundo…

Mientras él me decía todo esto la persona del coche azul metalizado se bajó, pero su hermano no le dejó que se acercara, ya que cuando lo vio le pegó un puñetazo en toda la cara, con tanta fuerza que lo tiró al suelo. Aprovechándose de que estaba estirado en el suelo el chico le empezó a pegar más puñetazos por todo el cuerpo, mientras no paraba de llorar y soltarle insultos de todo tipo, yo en ese momento me sentía muy impotente… pensar que todo esto tenia que ver conmigo, que todo esto había pasado por mi culpa, si no hubiera comenzado yo todo… ahora cada uno tendría su vida, cada uno la pasaría a su manera pero seguro que no hubiera pasado esto… estoy seguro…

De repente mis pensamientos se desvanecieron, algo iba mal, la camisa del uniforme de la escuela no tenia el color blanco que la caracterizaba, se estaba volviendo de un rojo vivo que hizo que me estremeciera.

Miré al chico que tenia en el regazo y efectivamente, la sangre era de él, al fin y al cabo le había atropellado ese coche… las ambulancias no tardarían en llegar, pero para cuando llegaran él ya se habría desangrado.

- Por favor…- solo alcancé a decir esas palabras antes de echarme a llorar, él con las pocas fuerzas que le quedaban me tocó la cara suavemente y dijo:

- No te preocupes por mi, estoy bien… así que quiero que sonrías vale Arthur?

- Pero no lo puedo hacer Feliciano!-grité con todas mis fuerzas, entonces fue cuando me di cuenta de que su hermano seguía pegando a aquel hombre - ¡Lovino! Para ya por lo que mas quieras, la policía y las ambulancias no tardaran en venir y te verán pegándole y al primero que relacionaran con este accidente serán a ti!

- Y crees que eso ya me importa? Por tu culpa mi hermano esta en ese estado- se acercó furioso, yo creía que me iba a pegar y a dejarme tumbado como al conductor del coche que a provocado el accidente, pero solo se sentó al otro lado de Feliciano y le cogió la mano.

- Feli… aguanta.. Se que podrás salir de esta.. ¡Lo se!

A lo lejos de Lovino vi a un chico de pelo rubio que corría directamente hacia nosotros, era Alfred… Cuando Lovino lo vio aparecer vi en sus ojos la incertidumbre y el rencor que sentía hacia él, como no se lo podía creer y creía que todo era una broma de mal gusto, el chico con el que el novio de su hermano había estado saliendo a escondidas estaba ahí con ellos.

Alfred se sentó a mi lado y me abrazó fuertemente, entonces en ese momento ví como de los ojos de Lovino empezaron a caer lagrimas sin poderlo remediar, en cambio Feliciano seguía sonriendo.

- ¿Es que no les vas a decir nada? todo esto a pasado por culpa del imbecil que esta abrazando a tu supuesto novio!, quien enteoria te quería y no te haría algo así, recuerdas? Nuestra conversación! Yo ya sospechaba algo así, pero tu nada, tu no me hiciste caso!

Yo no sabia que hacer si contestar a eso o quedarme callado o irme, y Alfred solamente estaba callado.

- Tranquilízate hermanito…

- No, ¡no puedo! No puedo ver como te estas consumiendo y apagando poco a poco aquí en los brazos de este tipo, mientras que esta otro a su lado, ¡y sabiendo que aunque tu te vayas de mi lado ellos dos seguirán tan tranquilos! Ya se fue abuelo Roma.. Ahora no quiero que te vayas tu por favor…

Alfred y yo permanecimos callados mientras veía desmoronarse a Lovino…

Era una tarde muy fría, de finales de Diciembre, justo en medio de las navidades, y hubiera hecho mas calor si el cielo no hubiera estado tan nublado.

De pronto empezaron a caer motas blancas del cielo.

- Vee… nieva… es bonito… porque eso significa que Santa esta cerca…-dijo el pequeño italiano aun mas sonriente.

Lovino levantó la cabeza y le sonrió a su hermano:

- Aun en este estado… y piensas en estas cosas Feli…

Los copos de nieve lentamente nos iban cayendo encima nuestro y el frío parecía que nos penetrase directamente en los huesos, Feliciano ahora sonreía de par en par y fue en esta ocasión que dijo:

- Sabéis… en verdad… duele… duele mucho…

La cara de Lovino cambió por completo:

-Tranquilo Feli! ¡La ambulancia vendrá enseguida! Y te curara, ya lo verás.

- Lo se… porque.. Siempre has tenido la razón.. Por eso eres mi hermano mayor…

Feliciano dejó de sonreír de repente:

- Que me pasa… ya… ya no siento dolor… ¿eso… eso es bueno?

- Sí, claro que es bueno.

- Entonces… me curaré ¿de verdad?

Yo en esos momentos no me lo podia creer era una buena señal… ya no le dolía lo abracé fuertemente, ilusionado, pero por parte de él no había respuesta.

- Pero…-continuó- es que si enteoria… ya no me duele… ¿como… es que no me puedo mover?, no puedo mover nada, no siento nada… no siento como la nieve roza mi cuerpo ni como la mano de mi hermano me agarra con fuerza… absolutamente nada…

Lovino empezó a llorar más fuerte, esto no iba bien, por primera vez, vi que a Feliciano se le borraba la sonrisa de la cara y como le empezaban a caer lagrimas de los ojos.

- Pero… eso quiere decir que no me estoy curando… Lovino… tu me lo prometiste…

- Sí, claro-dijo con lágrimas en los ojos.

- Pues hagamos una promesa con los meñiques como me enseño Japón… pero… no puedo moverme…

- No pasa nada… yo te ayudo Feli.

Los dos hermanos estaban estirados en el suelo mientras yo me había levantado con Alfred y me abrazaba fuertemente para que entrase en calor, vi como la ambulancia llegaba a lo lejos, pero…

- ¡Feli! ¡Feli!! Feli por favor abre los ojos… por favor…

Ya era demasiado tarde…

De todo esto hace ya un año, a partir de este incidente comencé a salir con Alfred, esta vez sin mentiras de por medio, ya que era a la persona que quería de verdad, cada mes voy a poner flores a la tumba de Feliciano, era un chico amable, con el que tengo bellos recuerdos… estoy tranquilo porque se que me perdonó, algunos meses me encuentro a su hermano sentado junto a la tumba de su hermano, se pasa los días así, ya no habla con nadie, solo está al lado de su hermano, las pocas veces que he hablado con él veo como la tristeza inunda sus ojos, pero es una tristeza mezclada con odio y rencor hacia mi, un odio que se que si tuviera la oportunidad de hacerme pasar por lo que pasó su hermano lo haría sin dudarlo. Cada día lo veo mas apagado y mas delgado… si continua así enfermará, pero yo con la ayuda de Alfred.. Conseguiré que salga adelante, y que algún día, como su hermano, consiga perdonarme por todos los errores que hice.